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Alta terapéutica en Talita Kum Jóvenes: cinco caminos de regreso a la vida

  • Foto del escritor: José Bezanilla C.
    José Bezanilla C.
  • 22 may
  • 2 Min. de lectura

En una ceremonia marcada por la emoción, el afecto y la comunidad, cinco adolescentes de la Comunidad Talita Kum Jóvenes recibieron su alta terapéutica, tras completar su proceso de rehabilitación de consumo problemático de sustancias. Un hito que no solo representa el cierre de un ciclo, sino la apertura de nuevas posibilidades de vida.


Este momento —que Fundación Cristo Vive y su Área Adicciones celebra una o dos veces al año— reúne a familias, amigos y equipos terapéuticos, reconociendo el esfuerzo de quienes, pese a contextos de alta vulnerabilidad, han decidido levantarse, cambiar y sostener ese cambio.


“Gracias Fundación Cristo Vive por devolverme a mi hijo”, expresó uno de los padres presentes, conmoviendo profundamente a quienes acompañaban la ceremonia.

En Talita Kum Jóvenes no se castiga ni se juzga, se acoge desde el amor y la dignidad. El acompañamiento es diario y constante —de lunes a sábado, entre las 9:00 y las 21:00 hrs.— y se extiende más allá del trabajo terapéutico: acá se almuerza, se conversa, se juega, se sale de paseo, se aprende a usar el transporte público, a buscar trabajo, a reconectarse con lo protector. Los jóvenes vienen con sus familias, sus amistades; y los equipos también los visitan en sus casas y barrios. Es una comunidad que transforma.


Alta terapéutica: evolución anual de egresos

Año

Altas terapéuticas

2020

6

2021

8

2022

7

2023

7

2024

8

2025

10 (hasta la fecha)

El total alcanzado este 2025, con 10 egresos hasta la fecha, supera las cifras anuales de los últimos seis años, demostrando la profundidad y constancia del trabajo realizado por los equipos profesionales y el compromiso de los propios jóvenes.


Desde la Comunidad Talita Kum Adultos, Damaris Lippians también quiso compartir unas palabras:

“Hoy fue un día muy especial para todos. Cinco jóvenes de Talita Kum obtuvieron su alta terapéutica con logros. Estas ceremonias corroboran que estamos acompañando un camino que mejora no solo la calidad de vida de quienes egresan, sino que impacta en sus familias, en sus hijos, en quienes los rodean. También se transforman en agentes de cambio para sus amigos y su entorno. Eso nos pone tremendamente orgullosos”.

Este hito es también una invitación a seguir creyendo en los procesos que cuidan, que restauran, y que ponen al centro a las personas, no sus errores. En Fundación Cristo Vive, la recuperación es colectiva, y la esperanza siempre tiene rostro, nombre y barrio.

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