Cerró el proyecto “Construyendo sinergias para enfrentar la adicción” en siete comunas de la RM

Con la presencia de autoridades del Gobierno de Santiago y del Consejo Regional Metropolitano, el Área Adicciones de Fundación Cristo Vive realizó el cierre del proyecto “Construyendo sinergias para enfrentar la adicción”, financiado por el Fondo Comunidad Activa e implementado durante 2024–2025 en Conchalí, Renca y Huechuraba, ampliando luego su alcance a familias de otras cuatro comunas.

La intervención combinó acompañamiento terapéutico, visitas domiciliarias, apoyo jurídico y social, estimulación temprana, talleres de regulación emocional, espacios grupales y el fortalecimiento del vínculo cuidadora–NNJ. El trabajo permitió visibilizar necesidades profundas, especialmente en mujeres que enfrentaban procesos de consumo problemático, maternaje precarizado y situaciones de alta fragilidad.

En ese contexto, la subdirectora del Área Adicciones, Damaris Lippians, destacó que “gracias al trabajo conjunto entre el mundo privado y el Gobierno Regional, pudimos visibilizar las necesidades específicas de Conchalí, Renca y Huechuraba, y posteriormente ampliar nuestro alcance a familias de cuatro comunas más. Esta colaboración nos permitió llegar a más de cien hogares, levantando soluciones situadas que fortalecieron a las familias y promovieron bienestar comunitario”.

Durante la jornada también se compartieron experiencias centrales del programa, entre ellas el impacto de la Sala de Estimulación Cristo Vive de Renca, espacio que permitió que niñas y niños recibieran contención y acompañamiento mientras sus madres avanzaban en procesos de recuperación y construcción de un proyecto de vida distinto.

Una de las participantes, Romina, leyó una carta en la que relató su experiencia junto a su hijo Dylan y al grupo de mujeres, destacando que este espacio le permitió “volver a reír, a jugar y a sentir que sí es posible una vida distinta”.

El cierre del programa dejó instaladas claves fundamentales: la importancia de comprender las adicciones desde un enfoque biopsicosocial, la necesidad de acompañar a las familias en su cotidianeidad y la relevancia de generar espacios libres de juicio donde sea posible avanzar en procesos reales de cambio.

En esa línea, Lippians subrayó que “haber logrado este impacto nos muestra la importancia de dar continuidad a iniciativas de este tipo, que solo son posibles cuando las alianzas público-privadas se ponen al servicio del territorio”.

El Área Adicciones reafirmó su compromiso de seguir desarrollando intervenciones que integren prevención, rehabilitación y fortalecimiento del cuidado temprano, promoviendo entornos seguros para mujeres, niños y niñas que viven los efectos del consumo problemático y la vulneración de derechos.

El proyecto cerró con una convicción compartida: cuando se acompaña con dignidad, las posibilidades de recuperación y bienestar se multiplican.